Hoy os voy a enseñar una de esas viviendas que sé que no gustan a todo el mundo, quizá por eso me guste más… 😉 Se trata de un loft urbano con una decoración de lo más personal situado en Los Ángeles. El edificio es un viejo almacén construído en 1927 y reconvertido en apartamentos. El que vemos hoy en concreto, es donde habita el diseñador de interiores Max Humpfrey.
Me encantan las personas, sean interioristas o no, que aportan su toque personal a la decoración. Pero si son profesionales, aún mejor, porque pueden animar a otras personas que los no son a romper con las conveniencias y las modas, a arriesgarse y apostar por lo que realmente le gusta a uno mismo. Precisamente esta premisa es la que ha seguido el diseñador de interiores en su vivienda.
Conjugando tesoros encontrados, recuerdos, piezas clásicas y cualquier objeto especial para él, formando así su propia armonía en la decoración. Aquí se mezclan toques industriales, bohemios, orientales… El resultado no se puede definir con un estilo, si acaso se diría que es «más que ecléctico», no creéis?
Muy interesante y peculiar este loft.
Si que es personal, si. Una casa como debe ser, que refleja la personalidad de su propietario.
Me quedo con algunos detalles como la pequeña biblioteca y los butacomes de la última foto.
Besos
Gracias por pasarte, Rut!
Desde luego será raro que alguien coincida y se quiera quedar con todo lo que hay ;-), pero sí que hay detalles que dan ganas de copiar, como los que señalas!
Un beso.
Super personal y con ideas interesantes, me gusta. Besos Rebeca!!