La cocina es una de las partes de la casa a la que solemos prestar más atención cuando pensamos en cambiar de domicilio. Cuando somos jóvenes, no le damos demasiada importancia al espacio, pero con el paso de los años valoramos dimensiones, ventilación, distribución de zonas de trabajo, iluminación, comodidad y equipamiento. Incluso analizamos si el diseño respeta o no el famoso “triángulo”, ese espacio imaginario que debe permitir llegar con facilidad a las tres zonas fundamentales de la cocina: fogones, nevera y fregadero.
Pero los aspectos funcionales no lo son todo en una cocina. Si nos lo proponemos, el espacio puede convertirse en un lugar divertido e inspirador; un rincón genuino y personal que responda a nuestras necesidades sin abandonar la gracia y el estilo. Y en esa tarea, juegan un papel muy importante los colores.
Combinación de estilos
A lo largo de este año se ha consolidado una tendencia en las cocinas que ya se apuntaba en el 2016: el gusto por lo ecléctico. Atrás quedan los estilos uniformes que obligaban a vestir las casas bajo un único criterio decorativo. Hoy en día se lleva la diversidad en todos los espacios, incluso en la cocina.
Papeles estampados, baldosas hidráulicas junto a muebles de diseño, paredes de piedra con lámparas atrevidas, así son las nuevas cocinas del momento. Las combinaciones más extrañas funcionan y aportan personalidad al conjunto.
En cuanto a los colores, siguen marcando estilo el negro y el gris, solos o combinados con otras tonalidades. Una propuesta que resulta muy atractiva es colocar muebles grises en cocinas blancas, o bien pintar alguna pared en negro para añadir un mayor contraste.
Electrodomésticos de color
La combinación de negros, grises y blancos puede resultar aparentemente fría, pero podemos romper esa sensación y conseguir nuestra cocina multicolor aportando distintos tonos con los electrodomésticos. Neveras naranjas, cafeteras rojas, tostadoras azules… de todo podemos encontrar actualmente en el mercado para crear ambiente en la cocina y alegrar el entorno de trabajo.
Conseguir estos electrodomésticos coloridos no tiene por qué ser especialmente caro. Es cierto que algunas marcas conocidas, como la italiana Smeg, resultan poco asequibles para la mayoría de bolsillos, pero el precio de una cafetera Dolce Gusto, por ejemplo, no es muy caro y podemos encontrarla en color rojo, azul, gris e incluso naranja (os enseñé la mía en este artículo sobre mi cocina).
Lámparas y campanas
Otros puntos de la cocina en los que podemos incorporar color son las lámparas y campanas extractoras. Aunque en la mayoría de diseños se colocan campanas de acero inoxidable, cada vez es más habitual encontrar propuestas innovadoras que juegan con el color e incluso con formas poco comunes.
Lo mismo ocurre con las lámparas. Los clásicos plafones han pasado a la historia. Hoy en día, se combinan lámparas colgantes de colores con iluminación integrada en los muebles, de manera que todos los rincones y superficies de trabajo reciban la luz adecuada.
Vajilla y cristalería
Para acabar de aportar color a nuestras cocinas, nada mejor que utilizar utensilios, vajillas y cristalería en tonos alegres. Los catálogos de otoño de las empresas especializadas muestran las nuevas tendencias, donde predominan los vasos de relieve con cristales amarillos, verdes, lilas o con flores serigrafiadas.
En vajillas, destaca la loza en amarillo o coñac o bien los diseños en blanco con bordes coloreados.
Espectacular………
como me gusta, volver la vista atrás. Por que ahora como veo la tendencia es colorida en toda su gama pero en mi niñez siempre he visto alacenas de colores (verde pastel o azul celeste) una mesa de aquí un mueble de allá, y que decir de las vajillas, platos verdes, vasos rojos… entrar en la cocina de mi madre era sinónimo de alegría, talvez por eso ella siempre a cocinado tan bien..
¡¡¡Me fascinan estas notas de color! ¡Qué belleza!
Besos.